SALVACIÓN, GRACIA DE DIOS, IGLESIA Y VIDA ETERNA.
SEGUNDA COLUMNA – LA GRACIA DE DIOS
Clase 7: La Doctrina de La Gracia
INTRODUCIÓN
La frase «doctrinas de la gracia» se utiliza para sustituir el término «calvinismo«, con el fin de quitarle la atención a Juan Calvino y centrarse en cómo los puntos específicos son bíblicos y teológicos.
La frase «doctrinas de la gracia» describe las doctrinas soteriológicas (La soteriología es la rama de la teología que estudia la salvación) que son exclusivas de la teología reformada, la cual es calvinista. Estas doctrinas se resumen como:
- Depravación Total
- Elección Incondicional
- Expiación Limitada
- Gracia Irresistible
- Perseverancia de los Santos.
Los cristianos reformados creen que las cinco doctrinas de la gracia se derivan directamente de las Escrituras y que describen con precisión la enseñanza de la Biblia sobre la soteriología, es decir, la doctrina de la salvación.
Lo siguiente es una breve descripción de cada una.
DEPRAVACIÓN TOTAL
Como resultado de la caída de Adán, toda la raza humana se ha visto afectada; todos los descendientes de Adán están espiritualmente muertos en sus transgresiones y pecados (Efesios 2:1, 5). Los calvinistas no vacilan en señalar que esto no significa que todas las personas sean tan malas como podrían ser. Más bien, esta doctrina dice que, como resultado de la caída del hombre en Adán, todas las personas son radicalmente depravadas en su interior y que su depravación afecta a todas las áreas de sus vidas.
ELECCIÓN INCONDICIONAL
Ya que el hombre está muerto en el pecado, es incapaz (y tercamente no está dispuesto) a iniciar una respuesta de salvación ante Dios. En vista de esto, Dios, desde la eternidad pasada, misericordiosamente eligió a un pueblo en particular para la salvación (Efesios 1:4-6). Este pueblo está compuesto por hombres y mujeres de todas las tribus, lenguas, pueblos y naciones (Apocalipsis 5:9). La elección y la predestinación son incondicionales; no dependen de la respuesta del hombre a la gracia de Dios (Romanos 8:29-30; 9:11; Efesios 1:11-12), porque el hombre, en su estado caído, es incapaz y no está dispuesto a responder favorablemente a la oferta de salvación de Cristo.
EXPIACIÓN LIMITADA
El propósito de la muerte expiatoria de Cristo no fue simplemente hacer que los hombres fueran capaces de salvarse y así dejar la salvación de la humanidad supeditada a la respuesta del hombre a la gracia de Dios. Más bien, el propósito de la expiación era asegurar la redención de un pueblo en particular (Efesios 1:4-6; Juan 17:9). Todos aquellos que Dios ha elegido y por los que Cristo murió serán salvos (Juan 6:37-40, 44). Muchos cristianos reformados prefieren el término «redención particular» ya que consideran que esta frase capta con mayor precisión la esencia de esta doctrina. No se trata tanto de que la expiación de Cristo sea limitada sino más bien particular, destinada a un pueblo específico, es decir, a los elegidos de Dios.
GRACIA IRRESISTIBLE
Dios ha elegido a un pueblo en particular para ser los receptores de la obra expiatoria de Cristo. Estas personas son atraídas a Cristo por medio de una gracia irresistible. Cuando Dios llama, el hombre responde (Juan 6:37, 44; 10:16). Esta enseñanza no significa que Dios salve a los hombres contra su voluntad. Más bien, Dios cambia el corazón del incrédulo rebelde para que ahora desee arrepentirse y ser salvo. Los elegidos de Dios serán atraídos a Él, y esa gracia que los atrae es, de hecho, irresistible. Dios cambia el corazón de piedra del incrédulo por un corazón de carne (Ezequiel 36:26). En la teología reformada, la regeneración precede a la fe.
PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS
El pueblo particular que Dios ha elegido y atraído a sí mismo por medio del Espíritu Santo perseverará en la fe. Ninguno de los que Dios ha elegido se perderá; están eternamente seguros en Él (Juan 10:27-29; Romanos 8:29-30; Efesios 1:3-14). Algunos teólogos reformados prefieren utilizar el término «Preservación de los Santos» ya que creen que esta elección de palabras describe con mayor precisión cómo Dios es directamente responsable de la preservación de sus elegidos. Está claro en las Escrituras que Cristo continúa intercediendo por Su pueblo (Romanos 8:34; Hebreos 7:25). Esto sigue proporcionando a los creyentes la seguridad de que los que pertenecen a Cristo son eternamente suyos.
TERMINO
Estas cinco doctrinas juntas forman las doctrinas de la gracia, llamadas así porque resumen la experiencia de la salvación como resultado de la gracia de Dios, quien actúa independientemente de la voluntad del hombre.
Ningún esfuerzo o acto del hombre puede añadir a la gracia de Dios para lograr la redención del alma. Porque en verdad: «por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe» (Efesios 2:8-9).