4 COLUMNAS:
SALVACIÓN, GRACIA DE DIOS, IGLESIA Y VIDA ETERNA.
TERCERA COLUMNA – LA IGLESIA
INTRODUCCION
Que es la iglesia
Mucha gente en la actualidad entiende la iglesia como un edificio pero Esta no es la definición bíblica de la iglesia.
La palabra “iglesia” viene de la palabra griega “Ekklesia” que significa “una asamblea” o “una convocatoria”.
La raíz del significado de la palabra “iglesia” no es de un edificio, sino de PERSONAS. Es irónico que cuando le preguntas a la gente a cuál iglesia asiste, usualmente ellos se refieren a un edificio.
Romanos 16:5 dice, “Saludad también a la iglesia de su casa…”. Pablo se refiere a la iglesia “en su casa”, – no a un edificio, sino al CUERPO de creyentes.
La iglesia es el cuerpo de Cristo, donde Él es la cabeza. Efesios 1:22-23 dice, “Y sometió todas las cosas bajo Sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es Su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo”. El Cuerpo de Cristo está formado por todos los creyentes en Jesucristo desde el día de Pentecostés (Hechos 2) hasta la segunda venida de Cristo.
La frase «el cuerpo de Cristo» es una metáfora frecuente del Nuevo Testamento respecto a la iglesia (todos aquellos que son verdaderamente salvos). En Romanos 12:5, a la iglesia se le llama «un cuerpo en Cristo», en 1 Corintios 10:17, «un cuerpo», en 1 Corintios 12:27 y Efesios 4:12, «el cuerpo de Cristo», y en Hebreos 13:3, «el cuerpo». La iglesia se iguala claramente con el «cuerpo» de Cristo en Efesios 5:23 y Colosenses 1:24.
Cuando Cristo vino a nuestro mundo, tomó un cuerpo físico «preparado» para Él (Hebreos 10:5; Filipenses 2:7). A través de Su cuerpo físico, Jesús demostró el amor de Dios clara, tangible, y valientemente, especialmente a través de Su muerte sacrificial en la cruz (Romanos 5:8). Después de Su ascensión corporal, Cristo continúa Su obra en el mundo a través de quienes Él ha redimido; la iglesia ahora demuestra el amor de Dios clara, tangible, y valientemente. De esta manera, la iglesia funciona como el «cuerpo de Cristo».
La iglesia puede ser llamada el cuerpo de Cristo por los siguientes hechos:
1) Los miembros del cuerpo de Cristo están unidos a Cristo en la salvación (Efesios 4:15-16).
2) Los miembros del cuerpo de Cristo siguen a Cristo, el cual es la cabeza de todos (Efesios 1:22-23).
3) Los miembros del cuerpo de Cristo son la representación física de Cristo en este mundo. La iglesia es el organismo por el cual Cristo manifiesta Su vida al mundo de hoy.
4) El Espíritu Santo de Cristo habita en los miembros del cuerpo de Cristo (Romanos 8:9).
5) Los miembros del cuerpo de Cristo poseen una diversidad de dones apropiados para determinadas funciones (1 Corintios 12:4-31). «El cuerpo es una unidad, aunque está compuesto de muchos miembros; y aunque son muchos, son un solo cuerpo. Así también Cristo» (versículo 12).
6) Los miembros del cuerpo de Cristo comparten un lazo en común con todos los demás cristianos, independientemente de su origen, raza, o ministerio. «Para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros» (1 Corintios 12:25).
7) Los miembros del cuerpo de Cristo están seguros en su salvación (Juan 10:28-30). ¡Para que un cristiano pierda su salvación, Dios tendría que realizar una «amputación» en el cuerpo de Cristo!
8) Los miembros del cuerpo de Cristo participan de la muerte y la resurrección de Cristo (Colosenses 2:12). 9) Los miembros del cuerpo de Cristo comparten la herencia de Cristo (Romanos 8:17).
10) Los miembros del cuerpo de Cristo reciben el don de la justicia de Cristo (Romanos 5:17).
En resumen, la iglesia no es un edificio o denominación. De acuerdo a la Biblia, la iglesia es el Cuerpo de Cristo – todos aquellos que han depositado su fe en Jesucristo para salvación (Juan 3:16; 1 Corintios 12:13). Hay miembros de la iglesia universal en las iglesias locales. La iglesia local es donde los miembros de la iglesia universal pueden aplicar plenamente los principios del «cuerpo» de 1 Corintios capítulo 12: alentándose, enseñándose y edificándose unos a otros en el conocimiento y la gracia del Señor Jesucristo
La iglesia visible o invisible
La Biblia nunca usa el término iglesia visible o iglesia invisible. Sin embargo, la idea de la iglesia visible versus la iglesia invisible es un resultado natural de la comprensión bíblica de la doctrina de la salvación.
La iglesia visible es la expresión del cristianismo que la gente puede ver: la reunión y las prácticas de las personas en varios templos los domingos. La iglesia invisible es la verdadera iglesia, que sólo Dios puede ver: creyentes nacidos de nuevo, pasados, presentes y futuros. Ya que no todos los que asisten a la iglesia o practican actos religiosos se salvan, la iglesia visible incluye a los incrédulos. La iglesia invisible está compuesta por los redimidos y sellados por Dios.
En cierta manera, el concepto de la iglesia visible/invisible se correlaciona con el concepto de la iglesia local/universal. La diferencia es que la iglesia local se refiere a una congregación que se reúne en un solo lugar; la iglesia visible abarca todas las iglesias locales, en todas partes.
La iglesia visible se identifica fácilmente por sus rasgos religiosos: templos, ministros o clérigos, calendarios, ordenanzas, ceremonias, denominaciones, etc. Cuando alguien dice, «Voy a tal o cual iglesia», se refiere a la iglesia visible. Cuando alguien va en auto cerca de un lago y ve a algunas personas bautizadas, está mirando parte de la iglesia visible.
Identificarse con la iglesia visible es aceptar la etiqueta de «cristiano», pero, sin una transformación espiritual que inicia el Espíritu de Dios, la etiqueta es sólo eso. El cristianismo nominal llena una gran parte de la iglesia visible. Demas abandonó a Pablo «amando este mundo» (2 Timoteo 4:10); Demas fue parte de la iglesia visible por un tiempo, pero nunca fue parte de la iglesia invisible, y con el tiempo lo demostró (ver 1 Juan 2:19).
La iglesia invisible, compuesta por todos los redimidos, es espiritual y celestial y no es de este mundo (Juan 18:36). Como explicó Jesús, «El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros» (Lucas 17:20-21).
La iglesia invisible no necesita los adornos físicos que hacen visible a la iglesia visible. Si quitas la liturgia (ceremonias) de la iglesia visible, la iglesia invisible permanecerá.
La ceremonia religiosa no hace ninguna diferencia con la iglesia invisible: «Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación» (Gálatas 6:15).
Si alguien quema el local de la iglesia, los creyentes siguen formando parte de la iglesia.
Las cosas visibles de este mundo, incluyendo las denominaciones de las iglesias, los edificios de las iglesias, los himnarios, los libros de oración y los bancos, pasarán porque son temporales (1 Corintios 7:31). Las cosas invisibles de Dios nunca pasarán porque son tan eternas como el cielo (Lucas 12:33).
En Juan 4:20, la mujer samaritana junto al pozo le dijo a Jesús, «vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar».
En nuestros términos, la mujer samaritana estaba hablando de la iglesia visible. Jesús respondió definiendo la iglesia invisible: «Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre…Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adore» (Juan 4:21-24).
Todos nosotros debemos hacer que Dios sea «visible» para el mundo en el que vivimos, «porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad» (Filipenses 2:13).
Para ello, debemos ser parte de la iglesia invisible, «nos dio vida juntamente con Cristo…y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús» (Efesios 2:5-6).