4 COLUMNAS:
SALVACIÓN, GRACIA DE DIOS, IGLESIA Y VIDA ETERNA.
PRIMER COLUMNA – LA SALVACION
Clase 4:
La Salvación es una buena noticia.
Ahora que hemos comprendido que somos salvaos solo por la fe, y que Dios Padre a través Jesús nos ha perdonado, redimiéndonos, justificándonos y dándonos vida eterna ¡NO TE PUEDES CALLAR! Debemos predicar de su salvación.
El camino de los Romanos hacia la salvación, es una manera de compartir las buenas nuevas de la salvación, utilizando versículos del libro de Romanos.
Este es un simple, pero poderoso método para explicar por qué necesitamos la salvación, cómo Dios proveyó la salvación, cómo podemos recibir la salvación, y cuáles son los resultados de la salvación.
El primer versículo del camino de los Romanos hacia la salvación es Romanos 3:23,
«Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios».
TODOS HEMOS PECADO: Todos hemos hecho cosas que desagradan a Dios. No hay uno que sea inocente. Romanos 3:10-18 nos da una descripción detallada de cómo luce el pecado en nuestras vidas.
La segunda escritura en el camino de los Romanos hacia la salvación es Romanos 6:23, y nos enseña LAS CONSECUENCIAS DEL PECADO – «Porque la paga del pecado es muerte…». El castigo que merecemos por nuestro pecado es la muerte. ¡No solamente la muerte física, sino la muerte eterna!
El tercer versículo en el camino de los Romanos hacia la salvación nos habla que LA SALVACIÓN ES UN REGALO DE DIOS y se encuentra en la segunda mitad de Romanos 6:23, «mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro». Romanos 5:8 declara, «Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros». ¡Jesucristo murió por nosotros! La muerte de Jesús pagó el precio de nuestros pecados. La resurrección de Jesús prueba que Dios aceptó la muerte de Jesús como pago por nuestros pecados.
La cuarta parada en el camino de los Romanos hacia la salvación nos habla SOBRE LA CONFESIÓN DE FE, se halla en Romanos 10:9, «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo». ¡Debido a la muerte de Jesús a favor nuestro, todo lo que tenemos que hacer es creer en Él, confiar en Su muerte como pago por nuestros pecados y seremos salvos! Romanos 10:13 lo dice nuevamente, «Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo». Jesús murió para pagar el castigo por nuestros pecados y rescatarnos de la muerte eterna. La salvación, el perdón de los pecados, está disponible para cualquiera que confía en Jesucristo como su Señor y Salvador.
El aspecto final en el camino de los Romanos hacia la salvación es EL RESULTADO DE LA SALVACIÓN. Romanos 5:1 tiene este maravilloso mensaje, «Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo».
A través de Jesucristo podemos tener una relación de paz con Dios. Romanos 8:1 nos enseña, «Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús». Debido a la muerte de Jesús a nuestro favor, nunca seremos condenados por nuestros pecados. Finalmente, tenemos esta preciosa promesa de Dios en Romanos 8:38-39, «Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro».
¿COMO LLEVAR ALGUIEN A LA SALVACIÓN?
¿Le gustaría seguir el camino hacia la salvación? Si es así, aquí está una sencilla oración que usted puede hacer a Dios. Hacer esta oración es una manera para declararle a Dios que usted está confiando en Jesucristo para su salvación. Las palabras mismas no van a salvarle. ¡Solamente la fe en Jesucristo es la que le puede dar la salvación!
¡Dios, sé que he pecado contra ti y merezco el castigo. Pero Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, de manera que a través de la fe en Él yo pueda ser perdonado. Con tu ayuda, me aparto de mi pecado y pongo mi confianza en Ti para la salvación. ¡Gracias por Tu maravillosa gracia y perdón – el don de la vida eterna! En el Nombre de Jesús, ¡Amén!»
Esto es solo un ejemplo.